jueves, 6 de mayo de 2010

Para ser conductor de primera...

Publicado por Ra

En los días que llevamos en Nepal hemos tenido que coger un buen número de autobuses para desplazarnos. Los hemos cogido de grandes, de pequeños, de minúsculos (incluso alguna lata con ruedas). Hemos viajado en buses turistas y en locales, sentados en asientos cómodos, la mayoría clavándonos los muelles e incluso en el techo del autobús (más fresquito). Los hemos cogido que iban vacíos y también de los que iban llenos hasta los topes (aunque siempre cabe una persona más…).

Pero en todos ellos hay una variable que es constante y se repite: el amigo conductor y el taquillero insaciable.

El amigo conductor y el taquillero insaciable son los dos iconos más importantes de un viaje en bus (más incluso que el propio autobús) y para tener éxito siempre van en pareja (como el Dúo Sacapuntas, Martes y Trece, Los Morancos o Pajares y Esteso).

El amigo conductor es un personaje introvertido y nunca lo verás hablar con nadie. Siempre velando por su preciado bus… que incluso a veces te dan ganas de abrazarlo de lo poca cosa que lo ves…pero que una vez se pone a los mandos del bus cambia por completo de personalidad. Para el amigo conductor la parte esencial en su bus, su tercer brazo, es la bocina (da igual si el autobús no tiene ni amortiguadores, ventanillas o asientos). Una vez empieza a tocarla el amigo conductor es feliz. Y vaya si la usa…para adelantar, para avisar a los animales de la carretera, para espantar a los ciclistas, para hacerse notar al entrar en los pueblos…cualquier excusa es buena para hacerla sonar. Una vez nuestro amigo conductor enciende el motor (suele hacerlo juntando un par de cables pelados debajo del volante) ya no hay quién lo pare. Primera, segunda, tercera, cuarta…acelera y acelera. No importa lo mucho que la gente se esté mareando o incluso vomite en el bus…él sabe que para ser un conductor de primera, acelera (aunque sea en las curvas).


Y es en las curvas cuando el amigo conductor necesita de la ayuda de su socio, el taquillero insaciable. Una maniobra de adelantamiento en Nepal se convierte en una auténtica obra de arte: conductor divisa camión delante suyo en plena recta, conductor ralentiza la marcha, conductor divisa señal de peligro curvas…y sonríe…conductor dirige una mirada cómplice a taquillero, taquillero la recibe y deja de lado lo que esté haciendo, taquillero saca su cuerpo fuera del bus. Camión entra en la primera curva, conductor del bus empieza a hacer sonar la bocina una y otra vez, conductor se coloca en carril contrario y se coloca a la altura del camión, taquillero utiliza su puño para golpear al camión de forma repetitiva (como si el camionero no tuviera suficiente con la bocina como para que encima le den golpes en la chapa del camión). Finalmente conductor completa la maniobra justo a tiempo para que otro camión le pase rozando por el carril contrario…admiración e incredulidad de los pasajeros y sonrisa de satisfacción del amigo conductor.

El taquillero insaciable es todo lo contrario al conductor…el hombre no calla ni debajo un grifo de agua fría…es un depredador, su misión consiste en meter dentro del bus a cualquier persona de la calle que haga pinta de estar esperando a un bus cualquiera…y le da igual si ese autobús le va bien o no. Para el taquillero insaciable su bus siempre llega a tiempo (aunque lleves varias horas de retraso te dirá que ya estaba previsto). El taquillero insaciable no teme al peligro, siempre con el cuerpo fuera del bus aunque se cruce con otros vehículos y casi siempre acaba corriendo detrás del bus una vez éste empieza a andar para subirse a él. Un buen taquillero siempre tiene a mano un buen fajo de billetes con el que fardar…y nunca, nunca le cobrará a más de una persona la misma tarifa…para eso él es el que manda.


Finalmente un par de detalles del pobre autobús que nunca faltan: el freno de mano no existe así que cada vez que hay que parar, el amigo conductor se encarga de buscar unas buenas piedras que colocar en las ruedas. Y la música ha de estar a todo volumen y a poder ser nepalí y repetitiva para que se le meta a todos los pasajeros en el tímpano…de ello se encarga el taquillero insaciable.

Lo dicho, desplazarse por Nepal…toda una experiencia…

1 comentario: