Publicado por Ra
Alguien golpea la puerta de la habitación. Son las 5:30 de la mañana y apenas entran los primeros rayos de luz por la ventana. Salimos del saco de dormir completamente vestidos… la noche ha sido fría de narices y únicamente necesitamos equiparnos con la chaqueta y los guantes. Al cruzar la puerta una ráfaga de aire helado nos sacude todo el cuerpo…no hay ánimos ni para lavarse la cara con el agua helada del lavabo. Tampoco lo necesitamos. La vista que aparece ante nuestros ojos es suficiente como para despertarnos de golpe. Enfrente nuestro emergen como de la nada todas y cada una de las cima de los Annapurna coronadas por un sol al que poco a poco vemos salir. En sólo unos minutos el espectáculo es bestial. La nieve que cayó anoche cubre todo el Campo Base. Sobre este manto blanco divisamos toda la cordillera que nos nuestro guía nos ha ido explicando en días anteriores. Es nuestra primera vez cara a cara con un 8.000. Y la verdad que impresiona.
Sentado en una gran roca decorada con cientos de banderas de oración tibetanas me vienen a la memoria imágenes de estos últimos días. Recuerdo la dureza de la primera noche cuando el techo de la habitación cedió ante la feroz tormenta de granizo que cayó. Recuerdo los miles de escalones que debimos superar para llegar hasta aquí. Recuerdo la gente que hemos ido conociendo por el camino y con quiénes tan buenos ratos hemos pasado. Recuerdos fugaces que me pasan por la cabeza. Pero de todos los pensamientos hay uno que se repite. En un día como hoy es cuando me doy cuenta que realmente ha valido la pena aparcar por unos instantes la vida que llevaba para vivir amaneceres como éste… y es que ¿cuántas veces en tu vida verás salir el sol en una de las cordilleras más altas del mundo?.
Y sobretodo ha merecido la pena hacerlo al lado de Eva, andar juntos cada paso, subir y bajar juntos cada escalón, darnos ánimos en algún que otro momento durillo que hemos tenido, cada una de las sonrisas cómplices y la alegría de llegar al campo base en medio de una nevada y justo antes de que anocheciera.
Momentos todos imborrables que pasan a formar parte de nuestro gran álbum de recuerdos que este viaje nos está dejando. Otro día más en nuestras vidas, un amanecer único en los Annapurna.
Que bonito que te ha quedado! Si parece que estéis enamorados y todo!!!
ResponderEliminarMe estas demostrando que eres un romanticon, me ha gustado mucho todo lo que has dicho, y no sabes como envidio tener 20 años menos y tiempo libre para hacer alguna escapadita como la que estais haciendo vosotros, aunque yo seguramente no me atreveria a hacerla de tanto tiempo.
ResponderEliminarSeguid disfrutando