martes, 27 de julio de 2010

Good morning Vietnam

Publicado por Eva y Ra

Tras pasar 3 semanas en Vietnam podemos decir que dejamos este país gratamente sorprendidos por su gran riqueza cultural, histórica y natural…quizás por eso Vietnam se haya convertido en uno de los países más visitados de todo el Sudeste Asiático.


Nos ha quedado por visitar la parte del sur por falta de tiempo y nos hemos dedicado plenamente a la mitad norte, en la que básicamente se encuentran las atracciones naturales más espectaculares.


Hasta el día antes de entrar en Vietnam la verdad es que nuestras dudas teníamos acerca de si nos íbamos a sentir cómodos con el país y con la gente. Hemos leído muchas cosas acerca de Vietnam y la mayoría no eran muy afortunadas, así que un pelín de canguelo sí que teníamos.


Visitar Vietnam es sumamente fácil ya que está muy explotado de cara al turismo… hoteles de calidad muy superior al del resto de países, restaurantes y cafés occidentales a cada esquina, agencias de tours organizados por doquier que te intentan vender siempre las mismas excursiones… todo esto que podrían parecer comodidades también le quita gran parte del encanto al lugar…allí donde vayas sabes que te acabarás tropezando con cientos o incluso miles de extranjeros haciendo las mismas cosas que tú.


Y acostumbrados al dinero fácil que llega de los turistas, los vietnamitas se han convertido en feroces comerciales… daba igual en qué pueblo o ciudad estuviéramos, nada más salir a la calle a dar un paseo sabíamos de sobra que nos intentarían colar una bici, moto, un tour, un souvenir, ropa, un restaurante, hotel del primo o prima de turno y así un largo etcétera… de ahí que la paciencia se convierta en tu mejor compañera de viaje... los hay que llegan a hacerse pesados pero la mayoría son majetes y a veces hasta te da pena darles tantas negativas…pero si no lo hicieras estarías todo el día gastando. También es cierto que los lugareños son gente simpática y muy hospitalaria.


Un punto a favor es la gran variedad de especialidades locales culinarias… acostumbrados a la dieta repetitiva de noddles en Laos, Vietnam ha sido como un respiro, sobre todo para Eva, que por fin ha podido disfrutar un poco de la comida asiática.


En cuanto al clima hemos tenido de todo… al estar en pleno monzón hemos sufrido días de abrasarnos vivos y no poder salir de la habitación hasta que no se había puesto el sol y días en los que nos hemos calao hasta los huesos de tanta lluvia que nos ha caído.


Vietnam es famoso por ser el país de las imitaciones…allá donde mires encontraras copias por doquier de cualquier marca y producto conocido… lo bueno es que te puedes hacer con bastantes gangas. También es famoso el caótico tráfico y la temeraria conducción de los vietnamitas que con lo tranquilos que son, es subirse a una moto y transformarse en enemigos públicos de la D.G.T


Así pues nos vamos con un buen feeling de Vietnam y contentos por haberlo visitado a tiempo… estamos seguros que al ritmo desmedido de crecimiento que lleva el país dentro de nada lo habrán convertido todo en una atracción turística.

 
P.D... ya está colgada la carpeta con las fotos de Vietnam...a disfrutarlas!

domingo, 25 de julio de 2010

Mar y montaña: últimos días en Vietnam

Publicado por Ra

A falta de 5 días para dejar Vietnam nos dimos cuenta que nos faltaban por ver 2 de las zonas más bonitas del país. Por un lado, la zona de Sapa en las montañas del norte y por otro, la Bahía de Halong… lo que en términos culinarios vendría a ser un “mar y montaña”. Todo ello, claro está, con la indiscutible participación del monzón que estos días se está dejando ver por el norte del país.

Así pues, desde Hanoi agarramos un tren nocturno dirección a Sapa… es la forma más rápida y cómoda para pasar las 8 horas de trayecto…por lo menos en teoría ya que si como nos pasó a nosotros te quedas sin literas en camarotes ( por lo menos aunque sean duras te permiten echar una cabezadita) te has de conformar con los asientos en vagones llenitos de vietnamitas, lo cual no sería problema alguno si no fuera por la afición de estos en no cortarse las uñas de los pies en meses ( en un momento entenderéis por donde voy…). Y dentro de lo que cabe no podemos quejarnos ya que nos tocaron asientos “blandos”…y viendo cómo se me quedó el culo tras 8 horas no me gustaría saber cómo serían los duros….

Total, que allí nos montamos todo preparados para pasar la noche lo mejor posible y con la curiosidad de cómo serían los trenes en Vietnam ya que de momento sólo habíamos pillado autobuses (la mayoría sólo para turistas). Y no tardamos en darnos cuenta que la noche tranquilita no sería… y es que los locales tienen la agradable costumbre de poner los pies en el asiento de delante…y cómo he dicho antes, el vicio de no cortarse las uñas en meses. El resultado fue que nos vimos acorralados por pies desde varios asientos, sobre todo por las dos señoras que se nos sentaron atrás… ni qué decir tiene el olorcito a cabrales no nos dejó dormir demasiado y es que cada vez que conseguíamos conciliar el sueño nos encontrábamos con sendos quesos en la cara que nos despertaban de sopetón…las dos señoras parecía que se lo estuvieran pasando en grande mientras Eva se liaba a codazo limpio con sus pies para ver si pillaban la indirecta…pero nada de nada.


A Sapa llegamos sobre las 7 de la mañana después de hacer la última hora de recorrido montaña arriba en un mini bus. El paisaje se torna completamente verde y lleno de arrozales.


Sapa es una antigua estación de montaña conocida por las decenas de minorías étnicas que viven en los poblados que rodean las montañas y todo el mundo llega aquí para hacer algo de trekking…no fue nuestro caso pues la lluvia nos acompañó los 3 días. Eso sí, lo mejor de todo ha sido el agradable clima que hemos tenido (incluso hemos tenido que sacar la única manga larga que nos queda) lo que nos ha dado un respiro del calor sofocante que estábamos pasando en Vietnam.


Aquí cada dos pasos te tropiezas con alguna mujer de alguna minoría que se recorren el pueblo en busca de turistas que les compren artesanía y prendas típicas de su etnia… las denominadas “BFM” (siglas de la única frase que repiten hasta la saciedad: “Buy From Me”). No es muy recomendable hacerte con ninguna prenda de las que venden viendo cómo tienen las manos de tinta… meter eso en la mochila es quedarte sin ropa para el resto del viaje de lo que destiñen las prendas. A la mayoría de ellas no te las quitas de encima ni con agua caliente… ellas lo saben pero no por eso dejan de preguntar…incluso forman grupitos a las salidas de los hoteles con lo que la primera frase que oirás por la mañana antes de haberte tomado un café será un “Buy from me?”.


Nosotros las llevábamos controladas hasta que entró en acción el arma secreta con la que no contábamos: una niña la mar de graciosa que nos acompañó en nuestro paseo por el pueblo. La tía se cameló a Eva en un minuto con un par de sonrisillas y un par de frases en un castellano más que correcto. A partir de ahí le endosó a Eva un cuestionario en inglés y en apenas 10 minutos ya sabía hasta dónde vivían nuestros padres… así que al final a Eva no le quedó más que comprarle la típica pulserita... aunque la niña flipó con la negociación dura que le metió Eva…ella que ya se veía sacándole los cuartos al típico guiri…


Durante los 3 días nos llovió una auténtico aguacero por la mañana así que nos dejaba únicamente la tarde para disfrutar del paisaje. Lo hicimos, como siempre, a lomos de una motillo para recorrernos los pueblecitos de los alrededores con unas vistas ciertamente espectaculares.



Los dos últimos días los íbamos a pasar en la Bahía de Halong. Para ello tuvimos que contratar un tour desde Hanoi ya que cuando lo intentamos desde Cat Ba un tifón nos impidió poder recorrer la bahía… y no pensábamos irnos de Vietnam sin ver una de las maravillas de este país. A Hanoi llegamos desde Sapa en un bus dormitorio en el que dormir, lo que se dice dormir nada de nada…primero porque te chupas una de curvas bajando la montaña que da gusto, segundo por lo poco cómodos que íbamos y tercero porque llegamos a Hanoi a las 3 de la mañana y nos dejaron tirados en plena estación a 10 km del centro de la ciudad y bajo un diluvio de tres pares de narices… vamos, que hubiese preferido mil veces volver en el tren de los pies que en ese autobús.

Cuando finalmente llegamos al hotel a las 5 de la mañana calaítos hasta los huesos nos aposentamos en unas butacas a echar una cabezadita hasta las 8, hora en que nos tenían que pasar a recoger para el tour a Halong. Nosotros no las teníamos todas con lo del tour ya que en Vietnam es muy fácil que te vendan algo que luego nunca cumplen… y más cuando a las 8 de la mañana nos dijeron que debido a una tormenta habían anulado todos los tours… 1 hora más tarde y aún sin saber cómo nos comunicaron que la tormenta había desaparecido y que los tours volvían a funcionar…


Al final el tour ha estado la mar de bien y nos ha permitido ver la Bahía de Halong en todo su esplendor… Además, el barco en el que hemos viajado estaba genial y el camarote, de madera y con unas vistas espléndidas ha valido lo que hemos pagado.


En Hanoi hay cientos de agencias que venden tours desde 15€ por dos días hasta los 100€ por uno de lujo… a menos que queráis ir en un bote viejo y lleno de jovencitos fiesteros no os recomendamos que cojáis uno barato…mejor gastaros un poco más en uno de precio medio, con un barco de calidad y gente civilizada a bordo. El itinerario suele ser el mismo para todos independientemente del precio que pagues (la diferencia es el barco, la comida y la habitación).


El primer día llegas al puerto, te dan la habitación y mientras comes el barco pone rumbo a la Bahía de Halong. Tras unas horitas de navegar entre montañas kársticas en medio de un agua verde que parece más una piscina que el mar, llegas a la cueva más grande que hay en la bahía (Surprising Cave)… y la verdad que es sorprendente el pedazo de cueva y de formaciones que hay dentro…



de ahí nos llevaron a hacer kayaking por libre…el kayak te permite ir donde te apetezca y verlo todo desde otro ángulo…nosotros visitamos un pueblecito flotante y unas cuantas islas. A eso de las 6 de la tarde el barco fondea en la Bahía para hacer noche…a partir de ahí tienes todo el tiempo del mundo para darte un chapuzón en las calientes aguas saltando desde el techo del barco y sobre todo para sentarte en la cubierta y contemplar la Bahía y el espectacular atardecer!



Después a cenar y cuando te entra el sueño a dormir…nosotros tras el autobús de Sapa no tardamos mucho… eso sí, fuimos los últimos del barco en irnos al camarote…la culpa fue de Santi y Verónica, una pareja de Barcelona con la que hemos compartido el tour y con la que nos explicamos todas las aventuras tanto de nuestro viaje como de sus experiencias por África. A la mañana siguiente, unas horas más de navegación y para casita…tuvimos bastante suerte ya que la lluvia sólo se dejó notar por la noche mientras dormíamos a pierna suelta!

lunes, 19 de julio de 2010

Los 30 en Vietnam

Publicado por Eva


Tras dejar la ciudad imperial, nos dirigimos a Cat Ba, que es el pueblo de la única isla habitada de la Bahía de Halong.



Para ello hizo falta coger un bus y un “fantástico” ferry, pero cuando por fin llegamos, lo que nos encontramos fue un Benidorm a lo Vietnamita. El pueblo en sí no lo vimos, ya que con ver la calle principal, que es como un paseo marítimo lleno de hoteles gigantescos, restaurantes y las típicas tiendas de souvenirs que podrían encontrarse en cualquier playa del mundo, ya nos hicimos una idea de lo que era aquello.



Y es que además de ser fin de semana ahora son las vacaciones en Vietnam, cosa que hizo que no hubiera nada de alojamiento, o lo único que había era abusivo para lo que ofrecían… pero cuando ya habíamos perdido la esperanza, apareció la farmacéutica del pueblo, y como buena vietnamita que es, ve el negocio allá donde mira, y lo que vio fue a un par de turistas sudados, desesperados y con ganas de aparcar la mochila en cualquier lugar… y sorpresa!! la farmacia del pueblo es también una casa-hotel! El precio estaba muy bien, lo que nos hace pensar que muy legal no debía ser, pero por lo menos la habitación era acorde con el precio, así que nos quedamos allí. Luego, también en la peluquería y en un super nos ofrecieron habitaciones más baratas… vamos que aquí todo el mundo se apunta al carro! Por la tarde fuimos a dar una vuelta, primero a la “playa” donde había por lo menos dos millones de vietnamitas compitiendo por un trozo de arena o por poder bañarse en 1metro cuadrado. Yo creo que ni la Barceloneta en pleno agosto está tan petada de gente. Luego nuestra intención era tomar unas birrillas antes de cenar… tuvimos suerte de no sufrir un atropello… donde se suponía que había unos puestecitos locales con mesitas que estaban cara al mar, también había una manada de niños locos con coches de estos que van con batería sueltos por todos lados, vamos una odisea para esquivarlos…

El plan era pasar el fin de semana y mi cumpleaños en la Bahía de Halong, pero a la mañana siguiente amaneció lloviendo, y es que se acercaba un tifón desde el sur de China por lo que anularon todas las salidas. Así que visto el plan y visto que aquello no era lo que nos habíamos imaginado, nos fuimos por donde habíamos venido hacia Hanoi.

NOTA: A las madres sufridoras, un tifón significa 2 o 3 días de lluvia, no es nada alarmante ni preocupante!




Hanoi es una ciudad caótica debido en gran parte al tráfico rodado y donde todo el mundo quiere venderte algo. Aún así también hay cosas interesantes para ver, como el Mausoleo de Ho Chi Min, el Templo de la Literatura o el casco antiguo.





El centro se compone de un laberinto de calles estrechas donde la arquitectura colonial lucha por hacerse notar entre tanta motocicleta…y es que uno paseando está más atento a que no le atropellen que a elevar la mirada hacia las casas…



El turismo en masa también ha hecho que sea habitual ver restaurantes occidentales justo al lado de los típicos puestecitos de noodlles en sopa y los bares modernos con cóckteles impronunciables compiten con los bares de toda la vida (mesas y taburetes en plena calle y a 15 céntimos de euro por la cerveza de barril)



Y por fin llegó el día, los 30 habían llegado y una nueva década empieza para mi… La verdad que el día empezó con un enorme sentimiento de morriña, quizá era la primera vez en todo el viaje que echaba de menos Barcelona y a los míos. Pero gracias a todas las felicitaciones que iba recibiendo y a que pude hablar con mucha gente a través de internet, no me sentí tan lejos. La verdad es que el año pasado ni me imaginaba que todo esto iba a pasar y al final te das cuenta que vivir esta aventura compensa muchísimo. Viajar es nuestro sueño y estamos viviendo en él, así que cumplir años en cualquier parte del mundo de por si ya es perfecto. Por supuesto fuimos a celebrarlo a un restaurante de estos que con solo mirar la carta ya te cobran!

jueves, 15 de julio de 2010

Entre ciudades imperiales y campos de arroz

Publicado por Ra

Nos movemos en dirección norte y la siguiente parada es la ciudad de Hué, antigua capital política hasta 1945, en la costa central de Vietnam, donde finalmente pasamos 3 días visitando tanto la ciudad como algunos puntos de sus alrededores.


La verdad es que para la mayoría de ciudades con un par de días tendrías suficiente pero hace tanta, pero tanta calor que la mayoría de las horas de sol has de pasarlas metidito en la habitación del hotel si no quieres acabar tostadito y completamente deshidratado.

Esta vez bajamos nuestras pretensiones hoteleras…lo único que importaba era tener satélite para poder ver la final del Mundial… y eso se consigue rápido ya que los estándares de los hoteles en Vietnam son bastante más altos que en el resto del Sudeste Asiático… cierto también es que acaban siendo más caros.

En Hué una mañana la dedicamos a patearnos la antigua ciudadela y la Ciudad Prohibida que hay en su interior y que era el hogar del emperador. La parte central de Vietnam es donde más se notan los efectos de la Guerra de Vietnam.



Un ejemplo es la Ciudad Prohibida que apenas se sostiene en pie pero que poco a poco la van rehabilitando…dos botellas de agua después y empapaditos hasta los pies de sudor nos retiramos al hotel a dejar caer la tarde para salir a dar una vuelta por la ciudad ( que no tiene nada de especial), matar el tiempo a base de cervecitas y seguir probando especialidades culinarias de la zona…aunque aquí no hemos comido igual de bien que en Hoy An, la verdad.



Al día siguiente nos aventuramos por segunda en Vietnam (la primera fue en Hoy An) a pillar una moto y recorrer los alrededores. Es la mejor forma para no tener que comprar uno de los mil tours para turistas y ver las cosas a tú aire. Y subrayo lo de “aventurarse” porque en este país conducen como locos y no respetan para nada las normas de circulación… de hecho creo que carecen de ellas excepto por una: cuanto más grande es el vehículo que conducen más hacen lo que les sale de los mismísimos! Lo normal es ver a camiones y autobuses adelantando por el mismo carril a bocinazo limpio para que coches y motos se aparten. Los coches hacen lo mismo con las motos, que a su vez torpedean a los pobres ciclistas que son los que pagan el pato de todos. Y entre todos ellos, los 4 turistas que se aventuran a adentrarse en este mundillo y que son los únicos que nos paramos cuando el semáforo se pone en rojo ante las miradas extrañadas de los locales que nos miran como si estuviéramos cometiendo un delito… sólo espero que cuando llegue a España no me dé por conducir como lo hago aquí…en dos minutos sin puntos en el carnet y metido entre rejas!

Pues eso, que a dos ruedas nos fuimos a visitar unas tumbas de la dinastía Nguyen... para más detalles la de Minh Mang, que gobernó 20 años hasta 1840. Pedazo de tumbas se construían aquí los emperadores….



Y de tanta ciudad imperial hemos vuelto a la carretera en un bus de 10 horas para seguir nuestra ruta hacia el norte del país…aquí lo suyo es meterse en un “sleeping bus”…vamos, buses cama, que en lugar de asientos tienen literas…lo malo es que al ser temporada alta están a reventar así que como siempre acabamos en los de asiento duro y siempre cabe uno más…

El destino ha sido el pueblo de Nim Binh, cuya parada nos interesaba únicamente para poder ver Tam Coc, una Bahía de Halong pero entre arrozales.


La verdad que está interesante el paseíllo en barca por el río entre medio de tantas montañas kársticas y campos de arroz… lo malo, de nuevo el bochorno que hacía que nos ha obligado a tener que montarnos el garito en la barquito con pareo a modo de techo y las consiguientes risas de todos los remeros que se nos cruzaban. Por cierto, vaya maña tienen aquí ya que muchos remeros se pasan las 2 horas y media de recorrido en barca remando con los pies!



También hemos visitado una cueva con un templo dentro en la cual un lugareño se nos ha agenciado la cámara de fotos y le ha hecho un reportaje a Eva que era para partirse de risa la de posturas que le pedía…


Aparte de esto, poco más tiene esta población…por no tener no tiene ni restaurantes por lo que lo único que puedes hacer es dejarte sablear por los hoteles para conseguir algo de comer ( y bastante malo por cierto)…suerte que la última noche hemos encontrado un localillo en el que nos han dado algo más que arroz blanco y cerveza caliente…

domingo, 11 de julio de 2010

Hoi An: la ciudad de los farolillos

Publicado por Eva

Tras dejar Laos atrás y pasar innumerables controles fronterizos, llegamos por fin a Vietnam. La primera parada fue Kon tum, en sí la ciudad no tiene nada interesante, para nosotros solo era de paso, así que nos quedamos en un hotel cerca de la estación, donde ya empezamos a tener problemas para poder averiguar el autobús del día siguiente.



Solo dejar las mochilas, nos fuimos a sacar dinero y a comer. Nos empezamos a extrañar cuando al salir del hotel absolutamente todo el mundo se nos quedaba mirando, luego nos dimos cuenta de que en esta ciudad a excepción de nosotros no había más turistas. Una auténtica odisea a la hora de comer, antes para sacar dinero ya nos las vimos y deseamos. Pero cuando ya teníamos dinerito en el bolsillo y un hambre de escándalo, nos encontramos con que solo habían los típicos restaurantes de locales con sus cartas en vietnamita y adivina tú que era aquello y evidentemente nadie sabía una palabra de inglés… Como el hambre se apoderó de mi, cogí al dueño del restaurante, me lo llevé a la cocina y directamente le señalé que es lo que queríamos comer (por supuesto eran noodles) el resultado fue bastante bueno. A la hora de la cena tuvimos el mismo problema, así que directamente cogimos la carta y al azar señalamos un plato a probar suerte. Ese era nuestro día porque también acertamos en la elección.

A la mañana siguiente tocó madrugón para coger un mini bus (era lo único que encontramos) que nos llevara a HoI An. Parada obligatoria para todo aquel que visite Vietnam. Aquí el turismo es la mayor fuente de ingresos, así que no tuvimos problemas a la hora de comer incluso nos dimos un caprichín en el alojamiento ya que como el Ra tenía que ver el mundial, necesitábamos una habitación con tv por cable, y claro, puestos a elegir que también tuviera piscina!!!


Hoi An es como un pueblecito chino medieval.Hay muchas casas antiguas, templos chinos y japoneses, puentes con tejados y calles empedradas que en su conjunto hacen que el pueblo sea realmente encantador.





Por otro lado también hay un montón de tiendecitas de ropa y artesanía todas ellas con ese aire oriental, con lo que ir de compras y pasear por sus calles es una maravilla. Es muy bonito por la noche cuando encienden todos los farolillos y se reflejan en el río.





En los alrededores también hay cosas para ver. Las ruinas de My Son, son unos templos en medio de la selva, están bastante deteriorados pero se consideran patrimonio mundial por su valor arquitectónico.



Nosotros cogimos una moto para ir a verlos, así también de paso pudimos dar una vuelta por los alrededores del río Thu Bon.



En cuanto al tema de la comida, en Hoi An es típico el cau lao (noodles con cerdo y crustones de pan) y las withe rose (son como empanadillas al vapor rellenas de cerdo o gambas con vegetales). La verdad que están muy buenos y junto con los wonton que es otro plato vietnamita, nos estamos poniendo las botas, además si lo acompañas con los 2x1 o los descuentos en cerveza mejor que mejor.



Al final después de tres fantásticos días nos vamos de Hoi An hacia Hué, pero la verdad que me podría haber pasado mucho más tiempo ya que además de que todo es muy bonito, por el momeno los vietnamitas son bastante majos, teniendo en cuenta la ciudad antaño era un puerto comercial bastante importante y eso lo llevan en las venas ya que a cada paso que das te intentan vender cualquier cosa…