Publicado por Ra
Nos movemos en dirección norte y la siguiente parada es la ciudad de Hué, antigua capital política hasta 1945, en la costa central de Vietnam, donde finalmente pasamos 3 días visitando tanto la ciudad como algunos puntos de sus alrededores.
La verdad es que para la mayoría de ciudades con un par de días tendrías suficiente pero hace tanta, pero tanta calor que la mayoría de las horas de sol has de pasarlas metidito en la habitación del hotel si no quieres acabar tostadito y completamente deshidratado.
Esta vez bajamos nuestras pretensiones hoteleras…lo único que importaba era tener satélite para poder ver la final del Mundial… y eso se consigue rápido ya que los estándares de los hoteles en Vietnam son bastante más altos que en el resto del Sudeste Asiático… cierto también es que acaban siendo más caros.
En Hué una mañana la dedicamos a patearnos la antigua ciudadela y la Ciudad Prohibida que hay en su interior y que era el hogar del emperador. La parte central de Vietnam es donde más se notan los efectos de la Guerra de Vietnam.
Un ejemplo es la Ciudad Prohibida que apenas se sostiene en pie pero que poco a poco la van rehabilitando…dos botellas de agua después y empapaditos hasta los pies de sudor nos retiramos al hotel a dejar caer la tarde para salir a dar una vuelta por la ciudad ( que no tiene nada de especial), matar el tiempo a base de cervecitas y seguir probando especialidades culinarias de la zona…aunque aquí no hemos comido igual de bien que en Hoy An, la verdad.
Al día siguiente nos aventuramos por segunda en Vietnam (la primera fue en Hoy An) a pillar una moto y recorrer los alrededores. Es la mejor forma para no tener que comprar uno de los mil tours para turistas y ver las cosas a tú aire. Y subrayo lo de “aventurarse” porque en este país conducen como locos y no respetan para nada las normas de circulación… de hecho creo que carecen de ellas excepto por una: cuanto más grande es el vehículo que conducen más hacen lo que les sale de los mismísimos! Lo normal es ver a camiones y autobuses adelantando por el mismo carril a bocinazo limpio para que coches y motos se aparten. Los coches hacen lo mismo con las motos, que a su vez torpedean a los pobres ciclistas que son los que pagan el pato de todos. Y entre todos ellos, los 4 turistas que se aventuran a adentrarse en este mundillo y que son los únicos que nos paramos cuando el semáforo se pone en rojo ante las miradas extrañadas de los locales que nos miran como si estuviéramos cometiendo un delito… sólo espero que cuando llegue a España no me dé por conducir como lo hago aquí…en dos minutos sin puntos en el carnet y metido entre rejas!
Pues eso, que a dos ruedas nos fuimos a visitar unas tumbas de la dinastía Nguyen... para más detalles la de Minh Mang, que gobernó 20 años hasta 1840. Pedazo de tumbas se construían aquí los emperadores….
Y de tanta ciudad imperial hemos vuelto a la carretera en un bus de 10 horas para seguir nuestra ruta hacia el norte del país…aquí lo suyo es meterse en un “sleeping bus”…vamos, buses cama, que en lugar de asientos tienen literas…lo malo es que al ser temporada alta están a reventar así que como siempre acabamos en los de asiento duro y siempre cabe uno más…
El destino ha sido el pueblo de Nim Binh, cuya parada nos interesaba únicamente para poder ver Tam Coc, una Bahía de Halong pero entre arrozales.
La verdad que está interesante el paseíllo en barca por el río entre medio de tantas montañas kársticas y campos de arroz… lo malo, de nuevo el bochorno que hacía que nos ha obligado a tener que montarnos el garito en la barquito con pareo a modo de techo y las consiguientes risas de todos los remeros que se nos cruzaban. Por cierto, vaya maña tienen aquí ya que muchos remeros se pasan las 2 horas y media de recorrido en barca remando con los pies!
También hemos visitado una cueva con un templo dentro en la cual un lugareño se nos ha agenciado la cámara de fotos y le ha hecho un reportaje a Eva que era para partirse de risa la de posturas que le pedía…
Aparte de esto, poco más tiene esta población…por no tener no tiene ni restaurantes por lo que lo único que puedes hacer es dejarte sablear por los hoteles para conseguir algo de comer ( y bastante malo por cierto)…suerte que la última noche hemos encontrado un localillo en el que nos han dado algo más que arroz blanco y cerveza caliente…
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