viernes, 22 de octubre de 2010

El final de un sueño

Publicado por Eva y Ra

Aún nos parece increíble que haga 2 semanas que regresamos de la mayor aventura de nuestras vidas. Aún no nos hacemos cargo que al despertar cada mañana ya no es lo desconocido lo que nos espera para ser descubierto sino la vuelta a una rutina en casa que ya habíamos olvidado por completo. Aún estamos en esa etapa en la que se nos hace un nudo en el estómago al recordar algún detalle del viaje.

Nada más aterrizar en Barcelona hace 14 días, y tras el gran recibimiento por parte de amigos y posteriormente de la familia, nos dimos cuenta que estábamos escribiendo los títulos de crédito de ese sueño que habíamos vivido los últimos 8 meses. Y lo hacíamos con un doble sentimiento… de pena, por un lado, puesto que dábamos por cerrado uno de los capítulos más intensos de nuestras vidas…. de alegría, por otro lado, por reencontrarnos con nuestros seres queridos a los que hemos echado de menos por el camino.


Pero por encima de todo, y con el paso de los días, nos estamos dando cuenta de lo que realmente hemos hecho (quizás “lo más grande” como a Eva le gusta le gusta decir). Destinolos30 ha sido la historia de un sueño hecho realidad que nos ha permitido ser nosotros mismos las 24 horas del día, los 242 días del viaje. El mejor regalo que podíamos hacernos al cumplir 30 años en una sociedad que vive estresada y con prisas era tiempo. Tiempo para sentirnos vivos, tiempo para descubrir el mundo maravilloso en el que vivimos, tiempo para aprender, conocer, compartir, disfrutar…

Durante todo este tiempo hemos recorrido miles y miles de kilómetros… y lo hemos hecho en todos los medios de transporte posible. Hemos visitado países lejanos, nos hemos asombrado ante lugares mágicos, conocido culturas tan dispares a la nuestra, hemos tratado con un sinfín de lugareños que nos han acercado más a sus creencias y lo mejor, hemos compartido momentos inolvidables con gente con la que nos hemos tropezado por el camino y que al final han acabado siendo amigos. Han sido tantos y tan buenos los recuerdos que esperamos poder recordarlos todos durante muchísimo tiempo.

Ahora, de vuelta a casa, sólo nos toca volver a coger el ritmo y sobretodo a seguir soñando… porque de vez en cuando los sueños se hacen realidad

miércoles, 6 de octubre de 2010

Última parada en ruta

Publicado por Eva

Ko tao, mucho más pequeña, verde y tranquila que sus vecinas Ko Phangan y Ko Samui, es la isla sede del submarinismo de Tailandia. En el ferry que cogimos para llegar a ella ya nos encontramos a varios comerciales ofreciendo ofertas y descuentos para bucear y es que en la isla hay más centros de buceo que hoteles y restaurantes juntos.


Como no, ante tanta demanda de turistas, los precios seguían siendo más bajos de lo normal y al ser los últimos días, buscamos un hotelito la mar de acogedor. Es la ventaja de ir en temporada de lluvias y que nos caigan aguaceros cada dos por tres…


Los días en Ko Tao, fueron un verdadero reflejo de la vida de la isla, tranquilos y con el propósito de hacer submarinismo. Aunque al final solo pudimos descubrir el fantástico fondo marino únicamente a través de las gafas y el tubo ya que Raúl estaba resfriado y no podía bucear… pero aún y así encontramos mil peces de colores y un increíble coral.



De Ko Tao ya solo nos quedaba pasar una última vez por Bangkok. Aquí ya habíamos pasado un par de veces, así que ya conocíamos Kao San, la calle de los mochileros y los puestos de comida ambulante, también conocíamos los timos de los tuk tuk, el Buda Reclinado… pero aún nos quedaban pendientes las dos cosas más importantes que hacer en Bangkok, por un lado darnos una vuelta por el Palacio Imperial, un auténtico reflejo del arte, arquitectura y poder Tailandés.



Finalmente lo último que nos quedaba por hacer antes de coger el avión de regreso, era sucumbir a uno de los encantos de Bangkok, las compras, así que nos pasamos la última tarde de arriba para abajo en busca de algún chollo y demostrar el arte del regateo que hemos aprendido en estos meses. No podíamos creer que ya teníamos que regresar.



P.D: Ya están colgadas las fotos de Tailandia.