sábado, 28 de agosto de 2010

El paraíso de las Gili

Publicado por Eva

Gili es una palabra indonesia que quiere decir “isla pequeña” y Lombok, la isla al lado de Bali tiene unas cuantas gilis, las más conocidas son las que están en el norte, y son un total de 3 islitas: Gili Trawangan, Gili Meno y Gili Air y según algunos, si el paraíso existe, está allí.


Para llegar a ellas hay que coger desde Bangsal un ferry o lo que es lo mismo una barca llena de locales que llevan provisiones a las islas. Mientras esperábamos a que zarpara, conocimos a Mónica y Toñi, unas madrileñas muy simpáticas, y junto a Pancho y Álex pusimos rumbo todos juntos hacia Gili Air.


Como había que buscar alojamiento para los 6 decidimos que unos se recorrían la isla en busca de habitaciones mientras la otra mitad nos quedamos de relax en un chiringuito al lado del mar, bebiendo zumo de frutas y disfrutando de la playa.

Al final conseguimos unas fantásticas habitaciones con el típico baño balinés (en el exterior, desde donde admirar las estrellas mientras estás sentada en la taza)…aunque costó más de dos horas de búsqueda bajo un sol de escándalo…


Gili Air es una isla más bien tranquila, sin mucha gente pero con un montón de cosas para hacer. Toda la isla está rodeada por un arrecife de coral y miles de peces, incluso haciendo snorkel pudimos ver tortugas. Eso sí, sólo hay una sola playa dónde puedes bañarte sin miedo a dejarte los pies por el coral, así que allí fue donde montamos el chiringuito cada mañana.


Al ser pequeña puedes dar un paseíto dando la vuelta a la isla, ver el pueblito y como los vehículos a motor están prohibidos lo máximo que te puede molestar es una carreta tirada por caballos algo desgastados.


En la otra parte de la isla, la menos desarrollada, es donde se pone el sol por lo que la única actividad es la de disfrutar de un espectacular atardecer al lado de un cóctel o una Bintang. Nosotros además, nos montamos una clase de Pilates en la playa bajo las órdenes de Pancho que se curró una clase antes del atardecer ante la atónita mirada del resto de turistas aposentados en el bar cerveza en mano.


Y por supuesto aquí hay una gran oferta de restaurantes, por un lado hay todo tipo de comida occidental como pasta y pizza pero lo mejor es el pescado y marisco fresco… por la noche casi todos los restaurantes sacan mesas donde muestran sus mejores piezas… la variedad es enorme y puedes encontrar desde atunes y barracudas a brochetas de carne o pescado, todo muy fresco, y listo para ir a la parrilla.

Y así pasamos los días, de la playa al restaurante, siesta por la tarde y paseíto hasta el atardecer y vuelta al restaurante hasta que prácticamente éramos los últimos en irnos a dormir, un estrés vamos…


Al final con pena tras despedirnos de todos nos fuimos unos días a Gili Trawangan, esta isla es mucho más grande y animada, con muchísima más gente por lo tanto también un poco más cara… desde Gili Air, la única manera de llegar es a través de una lancha típica indonesia, pero que te hacen pagar un pastón por ser guiri. Cinco minutos en la isla nos hicieron ver que tampoco había mucha diferencia con Air… muchos restaurantes y bares, pero como ahora es el Ramadán a las doce se cierra todo así que el ambiente fiestero que se le suponía no lo vimos por ningún lado. Lo malo que aquí la playa no era tan bonita, la tenías que compartir con más gente y no había tanto coral… pero seguía teniendo el mismo atardecer y la misma oferta en bebidas antes de cenar.


La actividad estrella de las Gili es, además de los tours de snorkel, el submarinismo. Prueba de ello es la cantidad de centros de buceo que hay… y todos se han puesto de acuerdo para cobrar una mollada por inmersión. Pero ya que estábamos allí no dejamos pasar la oportunidad de hacer un par de inmersiones. El fondo marino es realmente espectacular, poco a poco se va recuperando de la masiva destrucción que la pesca con dinamita ha causado. Y lo más especial fue poder nadar con un montón de tortugas y con tiburones de puntas negras… cada vez se nos da mejor el tema…y lo que es peor, nos gusta cada vez más… lo que va a sufrir nuestro bolsillo…

Las Gili, desconocidas para la mayoría hasta hace un par de años, se han hecho famosas para el gran público a gran velocidad… de momento aún mantienen ese equilibrio entre paraíso y turismo…el hecho de que sean 3 y que cada una tenga su propia personalidad ayuda a que por el momento no hayan sido víctimas de una gran explotación… esperemos que éste sea uno de esos pocos sitios que se salven.

martes, 24 de agosto de 2010

Sol, relax y buceo en Bali

Publicado por Ra

Desde Sulawesi saltamos directamente hasta Bali pero como no podía ser de otra manera incluso algo tan sencillo como un vuelo nos duró algo así como unas 15 horas. Tras llegar al aeropuerto de Makassar a las 9 de la mañana nos tocaba esperar unas 6 horitas hasta que nos saliera el siguiente hasta Bali. Y allí estuvimos con nuestro carrito aeropuerto parriba, aeropuerto pabajo haciendo tiempo… hasta que una hora antes del vuelo y viendo que no aparecía en pantalla fuimos a indagar… el vuelo había sido cancelado. Por lo que se ve es bastante frecuente que cancelen vuelos sin avisar…suerte tuvimos que al final nos pudieron meter en otro vuelo a Jakarta y de ahí vuelta para atrás hasta Denpasar. Así que en lugar de las 7 de la tarde pisamos Bali a la 1 de la madrugada… cosa no muy recomendable si no llevas ningún hotel reservado.


Del aeropuerto nos fuimos directamente a Sanur donde encontramos habitación de milagro tras despertar a todos los mozos que hacían guardia en los hoteles y que nos recitaban con cara de pocos amigos lo de “está lleno”. A la mañana siguiente a primera hora agarramos un bote que nos llevó hasta la isla de Nusa Lembongan, evitando así pasar ningún día en la explotadísima parte sur de Bali. Nusa Lembongan es un destino surfero y también para los submarinistas. Allí nos volvimos a reencontrar con Lucía, Dani y Stacey, los madrileños que conocimos en las Togean.


Tras pasar una primera noche en una habitación cara (si Sulawesi nos pareció cara, Bali es tremenda…) encontramos un hotelillo la mar de majo para pasar los siguientes dos días más baratitos, en primera línea de playa y con piscina para los ratos cuando el sol más apretaba… las ganas que teníamos de verlo salir después de las lluvias de Sulawesi….



La isla se compone básicamente de un pueblo que se dedica al conreo de algas para exportar a China… durante el día el olor se hace algo fuerte ya que las dos calles están cubiertas por algas secándose al sol… al final te acabas acostumbrando al tufillo que desprenden las calles… ahí están los alojamientos y puestos de comida local más baratos (acabamos descubriendo el puestecillo de una señora la mar de maja al que nos abonamos para comer y cenar los últimos días…). Cuando cae el sol y baja la marea se pueden ver los campos de cultivo que crecen en pleno mar.



El otro lado de la isla es donde están las playas dónde uno puede bañarse sin temor a cargarse el modus vivendi local, está repleta de resorts de lujo a los que sólo nos acercamos para ponernos ciegos de envidia.

Ni qué decir tiene que uno de los momentos más espectaculares del día es la puesta del sol con las vistas del volcán Gunung Agung de Bali como telón de fondo.



Hemos pasado unos días muy tranquilitos en los que hemos aprovechado para hacer un par de inmersiones, nuestras primeras después de sacarnos el curso. Aquí el reclamo son los peces luna o mola-mola y otro punto de inmersión para ver mantas gigantes.


A nosotros nos tocó bucear con algo de corriente… lo bueno es que no tienes ni que nadar, la corriente te lleva de un punto a otro sin esfuerzo alguno… lo malo que te vuelves algo más torpe a la hora de moverte y has de estar igual de pendiente a lo que vas viendo como de no atizarte con el coral que va apareciendo.

Tras 3 días aquí nos vamos la mar de contentos de no habernos tropezado con el caos de Kuta nada más llegar…así que no podíamos haber empezado de mejor forma nuestro paso por Bali.

Tras despedirnos de nuestros colegas madrileños con los que esperamos coincidir pronto en Barcelona, Madrid o en las profundidades de un mar cualquiera, cogimos un barquito pesquero muy auténtico que nos llevó de vuelta a la costa de Bali hasta Padangbai, el puerto principal para los ferrys a Lombok.


Allí hicimos noche y de casualidad conocimos a Pancho y Alex, una pareja de Barcelona con la que llevamos varios días de viaje. Se nota que en España es temporada de vacaciones ya que no ha pasado un día en Indonesia sin que coincidamos con algún español.

Uno de los pueblos más importantes de la costa de Lombok es Senggigi…dicen que es parecido a Kuta en Bali pero ni de coña se le acerca (y eso que no hemos estado en Kuta). Senggigi está compuesto por un par de playitas en pleno pueblo de una calle. Una de las playas es de arena negra y suela estar vacía ya que es la que usan los pescadores locales para tirar las redes.


La otra, que por cierto nos costó un día descubrirla (hay que ser pardillines…) es una playa de arena blanca llena de coral y con un mar muy calmado ideal para nadar… que casualidad que allí nos encontráramos a todos los turistas del pueblo… Aquí encontramos habitación muy barata en un hotel cerca de la playa mientras Pancho y Alex se decantaron por una villa en primera línea de mar, a la cual nos abonamos cada tarde para charlar con las olas de fondo y de paso, darnos la primera ducha de agua caliente en mucho mucho tiempo!


Y por el momento nada más… el próximo post será desde las maravillosas islas Gili de Lombok en las que nos estaremos unos días más de relax calentando la hamaquita en la playa, haciéndonos unos largos en un agua de azul turquesa y con suerte hacer submarinismo con tortugas y tiburones.

lunes, 16 de agosto de 2010

Sulawesi

Publicado por Ra y Eva

Como en Indonesia pasaremos los últimos 2 meses y para evitar tener que hacer un resumen del país largo y denso, lo iremos haciendo conforme vayamos haciendo islas, más cortito y tragable.

Empezamos la serie con Sulawesi, la isla en la que hemos estado las 3 últimas semanas… la verdad que no encontramos cómo definir esta isla que vista dibujada en un mapa ya parece como de broma. Y esta forma tan extraña es lo que le ha dado un carácter tan marcado a la isla y a sus habitantes, bastante distintos al del resto del país.


Aquí el paisaje es impredecible y cambiante cada pocos kilómetros… de la típica urbe sucia y polvorienta y en apenas unas horas llegas a montañas y valles verdes llenos de arrozales, parques naturales con abundante flora y fauna, una costa dibujada por playas de arena blanca y unas islas con unas aguas transparentes que albergan arrecifes de gran vida submarina.


Por otro lado, la gente que nos hemos encontrando es tan diversa entre sí como el paisaje… musulmanes, cristianos, torajas… aunque todos comparten la misma pasión hacia los pocos extranjeros que se dejan ver por estas tierras. Y ahora que los españoles estamos de moda ahí donde vamos con el tema del Mundial, puede hacer que un simple paseo de 10 minutos se convierta en una larga sesión fotográfica con todos los jóvenes de la zona.


Y como toda zona con sus cosas buenas, Sulawesi tampoco carece de cosas malas…la primera y la más importante, las infraestructuras para moverte de un lugar a otro. Paciencia es el ingrediente principal para sobrellevarlo… y os aseguro que a veces, incluso teniendo mucha, se acaba. Los propios lugareños no tienen ni idea de cualquier tema relacionado con el transporte que les puedas preguntar…lo más seguro que te vas a llevar es un “maybe” indonesio…vamos, que no tiene ni pajolera idea. Únicamente existe una carretera que comunica ambos extremos de la isla, así que aparte de pasar interminables horas dentro de un bus (se ve que el billete también incluye los múltiples cambios de neumático y averías varias en ruta…) de vez en cuando también te encuentras con los típicos desprendimientos que hacen que la carretera pueda estar cortada durante horas o incluso días….pero aunque eso pase, que se corte la carretera, el bus saldrá igual desde su origen, aunque el conductor ya sepa de antemano la de horas que vas a estar metido en él… así que desplazarse por Sulawesi es lento, muy lento, con lo que por lo mínimo contar que si venís por aquí, dedicareis unos 3 o 4 días enteritos en la carretera. De ahí que poca gente llegue a las islas Togean, por ejemplo, ya que son 2 días en ruta entre carretera y ferry… lo más cómodo y “fácil” es desplazarse en avión, algo más caro pero más descansado…lo de fácil es un decir porque aquí cada dos por tres anulan vuelos o les cambian el horario sin avisar…y cuando llegas al aeropuerto, zasca sorpresón!


El otro aspecto negativo es el alojamiento… de momento es el lugar de toda Asia dónde hemos estado con la peor relación calidad precio… hasta llegar aquí pocas veces pagábamos más de 10-12€ la noche, importe que aquí es el mínimo por el que encontraras una habitación decente. Casi todos los hoteles de precio bajo y medio están muy descuidados y casi no les prestan atención a las habitaciones… muchas veces con las mismas sábanas durante semanas (se nota al ver la cama…ejem…). Tampoco os esperéis un baño típico ya que aquí son todo mandis, es decir, agujero en el suelo y como ducha un barreño y un cazo (por supuesto, agua caliente ni de coña). Incluso los resorts aquí son de broma, algunos con colchón en el suelo y mosquitera entre 4 paredes de madera… eso sí, incluyen comida 3 veces al día tan variada como arroz con pescado y pescado con arroz.


En definitiva, si alguien le decide dedicar algo de tiempo a Sulawesi seguro no se marchará de aquí indiferente si presencia algún rito funerario en Tana Toraja, se relaja en una playa perdida de aguas turquesas mientras contempla un atardecer de película o descubre el fondo submarino desde uno de los mejores lugares de inmersión de todo Indonesia.

viernes, 13 de agosto de 2010

¡ Y por fin llegamos a las Togean!

Publicado por Eva

Tras dejar Rantepao atrás, cogimos un bus hacia el norte con destino Ampana,el pueblo desde donde zarpan los ferris hacia las Togean, un grupo de islas rodeadas por un arrecife de coral y con aguas cristalinas perfectas para el snorkel y el submarinismo. Las carreteras en Sulawesi son eternas y distancias relativamente cortas duran jornadas enteras. Como no queríamos hacer las 23 horas del tirón decidimos hacer una parada en Tentena, un pueblecito a orillas del lago Poso…


como siempre la previsión de horarios de Indonesia no es la esperada, y al final conseguimos llegar hacia la medianoche, tras unas 16 horas de trayecto y unas cuantos arreglos al motor del bus. Al día siguiente nos lo tomamos con mucha calma y alquilamos una moto para ver los alrededores del lago y unas cascadas.

Todo es muy bonito, tranquilo y casi sin turistas, cosa que hizo que allá donde íbamos, fuésemos el foco de atención… sobre todo para los adolescentes que no dejan pasar una para hacerse fotos con nosotros…así que sitio al que vamos, sitio al que nos tenemos que parar unas cuantas veces a posar con todos… es lo que tiene ser guiri por estas tierras.


Al día siguiente volvimos a la carretera para completar las pocas horas que nos separaban de Ampana para poder coger el ferry. En lugar de gastarnos los cuartos en coger un coche privado (es la manera más cómoda para los turistas de desplazarse) optamos por el siempre imprevisible bus local. Aquí no existen horas de salida, sino que tal como se llena el autobús sale con lo que estuvimos un par de horas sentados en la estación esperando que alguna algún local se subiera al bus. Tras un par de horas de conducción el bus se detuvo ya que la carretera estaba cortada a causa de que un autobús se había quedado atrapado la noche anterior debido a que las lluvias habían desprendido la carretera formando un barrizal… la gente llevaba horas esperando y el conductor básicamente nos vino a decir que se volvía a Tentena ya que aquello podía durar hasta días… los pocos turistas que cogieron un coche privado se pasaron 10 horas de espera hasta que retiraron el bus embarrancado…


¿y nosotros? Pues tras pensar un par de minutos nos la jugamos y dejamos el bus, cruzamos a pata el lugar del siniestro y esperamos al otro lado a que alguien nos llevara… y allá donde hay guiris hay alguien para sacarles el dinero, y de la nada aparecieron un par de motoristas que se ofrecieron a llevarnos parte del trayecto. En total fueron dos motos, un paseíto a pie con las mochilas por un barrizal, un coche privado y 9 horas lo que necesitamos para llegar hasta Ampana… vamos, todo muy facilito y descansaíto… ya nos habían avisado de lo lento que era moverse por Indonesia pero no esperábamos encontrar algo así!

Una vez en las Togean nuestro destino era la isla de Kadiriri, la más conocida y con mayor número de alojamientos ( 3 para ser exactos… el 50% de todas las islas…)…pero nos habían advertido que era temporada alta y que todo estaba a rebosar así que modificamos el plan inicial destino a Malengue, la isla más alejada… al final hemos descubierto que hicimos bien ya que conocimos gente que estuvo en Kadiriri durmiendo en la cocina o la recepción del hotel por falta de espacio y pagando lo mismo que por una habitación…y barato no está el tema por aquí!. En el hotel de Ampana conocimos a 2 parejas de profesores catalanes con quienes compartimos el trayecto de ferry… y después de 7 horas de ferry y viendo la pinta que tenía la islita donde ellos se bajaban decidimos acoplarnos… esto se nos da bastante bien.


Como en el resort de la isla no había más sitio nos acabamos quedando en una casita del pueblo y a comer íbamos al resort en una pequeña barca… las habitaciones eran realmente básicas pero mucho más baratas, así que allí nos quedamos.


El pueblecito se llama Katupat y es auténtico de verdad. La gente es super hospitalaria y la mar de maja, da gusto pasear por sus calles (las 3 que tiene) y los niños corren en manada hacia a ti para que les hagas fotos. Al final estábamos tan a gusto que decidimos quedarnos allí todos los días y no unirnos a los turistas en Kadiriri…


Nuestro día a día consistía básicamente en dormir, desayunar, coger una barquita que nos llevara a la isla de enfrente donde estaba el resort, nadar y hacer snorkel en unas aguas cristalinas a más no poder ( se veía todo sin tener que entrar al agua!) y llenas de vida, comer arroz y pescado 2 veces al día…que hartitos hemos acabado de este menú!, echar la siesta por la tarde y una partidita al ping pong y al volley playa con los empleados del hotel.

Aquí también hemos conocido a Sergi y Ferran (un dúo sacapuntas a la catalana la mar de salaos) y a Lucia, Dani y Stacey. Con ellos formamos una congregación de españoles que dominábamos el resort. Lo mejor es que hemos aprendido muchísimo de buceo sólo con oírles hablar ya que todos ellos viajan buceando en todos los sitios que pueden, así que nos dan cien patadas en cuanto a experiencia… esperemos poder bucear con ellos algún día de estos…no en las Togean ya que el instructor que había en nuestro hotel (un francés ya mayor y algo torpe) es de los peores que se han encontrado ellos en años y no nos daba confianza, así que nos reservamos la inmersión para otro lado.


En total han sido 5 fantásticos días en esta islita perdida en las Togean, donde aunque el sol no nos ha acompañado prácticamente ningún día… e incluso nos ha caído más de una tormenta (¿pero no se suponía que esto era temporada seca? Si llevamos 10 días pasados por agua!!) nos lo hemos pasado en grande con toda la gente tan maja que hemos conocido.


Y cómo ya echábamos de menos eso de estar todo el día metidos en la carretera pues tras el merecido descanso cogimos de nuevo el ferry hasta Ampana (otras 7 horitas de ná), hicimos noche y a la mañana siguiente bus hacia Palu. En teoría nos quedaban 3 días para coger el avión que nos lleve a Bali y los íbamos a dedicar a deshacer el camino andado…pero sólo pensar en tropecientas horas en el asfalto se nos quitaron las ganas y preferimos gastarnos un poquito más y volar desde esta parte de la isla. Así que sólo nos quedaba llegar a Palu, cosa que hicimos en tan sólo 13 horitas. Y una vez allí nos fuimos directos al pueblo de Donggala, a la playa de Tanjung Rajang… no es muy conocida y gracias a eso casi hemos tenido toda la playa para nosotros solos… y todos los lugareños claro, que no paraban de gritar eso de “blanquitos, blanquitos!”.


Nos cogimos un bungalow básico, básico, de mosquitera y colchón en el suelo para pasar la noche justo delante de la playa, tomamos un poco el sol, hicimos un poco de snorkel y volvimos a la dieta básica de arroz blanco y pescado. Y tras una tormenta perfecta que ha caído durante la noche en la cual ya nos veíamos con el techo en la cama, de vuelta a Palu para coger el avión.


Eso sí, previa sesión de fotos en la camionetilla que nos ha llevado donde una familia entera, móvil en mano, ha posado de todas las formas posibles con nosotros de protagonistas… al final han sido tan majos que nos han invitado a su casa pero al ser un poco tarde nos hemos ido directos al hotel… lástima porque hubiese sido toda una experiencia!

lunes, 9 de agosto de 2010

Plan alternativo : nos vamos de funeral en Tana Toraja!

Publicado por Ra


Antes de nada disculpar no haber escrito antes pero estamos teniendo problemas para encontrar una línea de internet en Sulawesi… a partir de ahora prometemos poneros al día.

Tras abandonar Vietnam hicimos una breve parada en Kuala Lumpur simplemente para hacernos el visado de 2 meses para Indonesia ya que al entrar en el país sólo puedes obtener uno de 1 mes.

Una vez con el visado en la mano y tras mucho debatir qué parte de Indonesia queríamos ver (es el archipiélago más grande del mundo con más de 17.000 islas) decidimos volar hasta Sulawesi. En esta extraña isla con una forma parecida a nuestra “ñ” nos pasaremos los próximos 15 días. Nuestra puerta de entrada fue la ciudad de Makassar… ciudad que ni tan siquiera llegamos a pisar ya que nada más tocar suelo agarramos un taxi hacia la estación de autobuses para pillar uno nocturno camino a Tana Toraja. Esta vez hemos de decir que ha sido el mejor bus que hemos probado hasta la fecha…teníamos más espacio que en clase business de un avión, con lo que pudimos dormir bastantes horitas.

En el bar de la estación y mientras hacíamos tiempo conocimos a una pareja de madrileños, Dante y Marta, con los que hemos compartido mogollón de risas durante estos días tan macabros por Toraja.


Tana Toraja es una región del centro de Sulawesi conocida especialmente por sus elaborados ritos funerarios. Sulawesi es en su mayoría musulmana pero la zona de Toraja es cristiana, aunque tienen una manera muy diferente a la nuestra de celebrar un funeral. Para ellos la muerte es algo normal, incluso lo ven como algo alegre… un funeral es algo así como una fiesta bastante sádica dónde se llegan a reunir varios pueblos enteros de la zona, y suele durar unos 3 días.


Para la familia del difunto organizar un funeral es muy costoso… tanto que hay familias que pueden tardar varios años en reunir el dinero suficiente y conseguir reunir a toda la familia que puede estar dispersa por toda Indonesia, Malasia o Australia… y os preguntareis “ y qué diablos hacen con el cadáver mientras tanto?”… pues muy fácil… le chutan unas dosis de formol y lo dejan reposando en una de las habitaciones de la casa….y en Toraja, las casas tradicionales tienen 3 habitaciones: una es el salón, la otra es el dormitorio de la familia e invitados y la tercera el dormitorio de los difuntos… es decir, que si te apetece dormir con una familia local lo más probable es que acabes pared con pared con algún familiar fiambre…


En los funerales por norma se hacen dos cosas: sacrificar el mayor número de búfalos y cerdos salvajes posible (ellos creen que el alma de los animales acompañan al difunto hacia la otra vida). Cuanto más dinero tiene una familia más búfalos sacrifican ya que simbolizan fuerza y poder. Un día después de abandonar la zona, había el funeral de la secretaria del embajador y se iban a sacrificar 16 búfalos en su honor… toma carnaza!

Tan buen punto llegamos a Rantepao (el pueblo más grande de Toraja) y nos aposentamos en un hotel, nos informamos de si había algún funeral ese mismo día al que poder asistir. Normalmente a la familia no le importa que vengan turistas a participar del funeral, incluso es una distinción más para ellos. Lo más fácil es hacerlo en compañía de un guía que hable el idioma local y que te introduzca en el meollo y te presente a la familia… y no está de más llevar regalos tales como tabaco, azúcar y café. Y luego está la forma barata, la nuestra, que es ahorrándote el guía que cuesta una pasta y yendo directamente al funeral con transporte local. Así que allí nos presentamos los cuatro sin saber muy bien qué hacer o cómo llegar. Un bemo (furgonetilla local) nos dejó en una carretera rodeada de arrozales en los que una multitud de lugareños se dirigían en procesión hasta la casa de la familia en medio del bosque. Cómo no llevábamos guía nuestra idea era intentar pasar lo más desapercibidos posible…difícil tarea si la noche anterior ha llovido, el camino es un patatal de barro y además, a Eva no se le ocurre más que ir en playeras… a medio camino pasó lo inevitable… resbalón de Eva que acabó de culo en el barro y a punto de caerse de pleno en el arrozal provocando la risa no sólo de los que iban detrás nuestro sino de los que se encontraban al final del camino que a partir de entonces sólo se preocuparon por estar atentos a otros posibles tropiezos de los patosos turistas para seguir divirtiéndose.


Una vez llegamos al poblado nos encontramos con una multitud de gente dispuesta a pasárselo en grande y a unos 15 cerdos salvajes ataditos a troncos de bambú dispuestos para ser sacrificados… en realidad alguno ya había corrido esa suerte y lo estaban descuartizando para empezar a preparar algo de comida para tantos invitados.


La ceremonia siempre está presidida por el ataúd del muerto, junto a una foto suya y una figura de cera a tamaño real del susodicho (tau-tau). Por suerte o por desgracia, cuando llegamos nosotros ya habían sacrificado al búfalo (era una familia pobre….muchos cerdos y sólo un búfalo) y al barro se le unió también el charco de sangre del animal. Según nos contaron después, el majete que sacrificó al búfalo no atinó demasiado bien con el primer tajo en el cuello y el animal se revolvió dándole un pequeño revolcón. Al final al búfalo lo acaban despellejando y abriendo en canal, al igual que a los cerdos.


Alrededor del muerto se disponen unas casetas donde se sientan los invitados más cercanos a la familia (como en una boda nuestra vamos…) y los familiares directos visten unos trajes típicos. A partir de ahí todo son baile tradicionales, risas, comida y sobre todo bebida para satisfacer a todos los invitados. Nosotros entre el cansancio de la noche en autobús, tanta gente alrededor y el hedor de tanto animal muerto nos decantamos por una retirada no muy tardía.


Al día siguiente y como Rantepao no tiene mucho que ofrecer nos fuimos a visitar el mercado local en el que tienen sección especial de búfalos para funerales…los hay que llegan a pagar cerca de 8000 US$ por un búfalo albino. Y después visitamos un poblado típico, Londa, famoso por sus tumbas en cuevas.


Los Toraja suelen depositar los ataúdes de una misma familia en cuevas naturales en cuya entrada se pueden ver tau-tau (figuras a escala real) de las personas que hay enterradas dentro. Es todo muy macabro pues los ataúdes , al ser de madera, están medio rotos y los huesos y calaveras de los muertos están sueltos por la cueva.


Finalmente esa noche y como despedida nos fuimos los cuatro a deleitarnos con un plato típico de la zona… búfalo, como no podía ser de otra manera…con los que se llegan a cargar al día… y cocinado en bambú, con especies y coco… muy rico por cierto…y todo bien aderezado con una cervecita fresquita!