Publicado por Eva
Tras dejar Rantepao atrás, cogimos un bus hacia el norte con destino Ampana,el pueblo desde donde zarpan los ferris hacia las Togean, un grupo de islas rodeadas por un arrecife de coral y con aguas cristalinas perfectas para el snorkel y el submarinismo. Las carreteras en Sulawesi son eternas y distancias relativamente cortas duran jornadas enteras. Como no queríamos hacer las 23 horas del tirón decidimos hacer una parada en Tentena, un pueblecito a orillas del lago Poso…
como siempre la previsión de horarios de Indonesia no es la esperada, y al final conseguimos llegar hacia la medianoche, tras unas 16 horas de trayecto y unas cuantos arreglos al motor del bus. Al día siguiente nos lo tomamos con mucha calma y alquilamos una moto para ver los alrededores del lago y unas cascadas.
Todo es muy bonito, tranquilo y casi sin turistas, cosa que hizo que allá donde íbamos, fuésemos el foco de atención… sobre todo para los adolescentes que no dejan pasar una para hacerse fotos con nosotros…así que sitio al que vamos, sitio al que nos tenemos que parar unas cuantas veces a posar con todos… es lo que tiene ser guiri por estas tierras.
Al día siguiente volvimos a la carretera para completar las pocas horas que nos separaban de Ampana para poder coger el ferry. En lugar de gastarnos los cuartos en coger un coche privado (es la manera más cómoda para los turistas de desplazarse) optamos por el siempre imprevisible bus local. Aquí no existen horas de salida, sino que tal como se llena el autobús sale con lo que estuvimos un par de horas sentados en la estación esperando que alguna algún local se subiera al bus. Tras un par de horas de conducción el bus se detuvo ya que la carretera estaba cortada a causa de que un autobús se había quedado atrapado la noche anterior debido a que las lluvias habían desprendido la carretera formando un barrizal… la gente llevaba horas esperando y el conductor básicamente nos vino a decir que se volvía a Tentena ya que aquello podía durar hasta días… los pocos turistas que cogieron un coche privado se pasaron 10 horas de espera hasta que retiraron el bus embarrancado…
¿y nosotros? Pues tras pensar un par de minutos nos la jugamos y dejamos el bus, cruzamos a pata el lugar del siniestro y esperamos al otro lado a que alguien nos llevara… y allá donde hay guiris hay alguien para sacarles el dinero, y de la nada aparecieron un par de motoristas que se ofrecieron a llevarnos parte del trayecto. En total fueron dos motos, un paseíto a pie con las mochilas por un barrizal, un coche privado y 9 horas lo que necesitamos para llegar hasta Ampana… vamos, todo muy facilito y descansaíto… ya nos habían avisado de lo lento que era moverse por Indonesia pero no esperábamos encontrar algo así!
Una vez en las Togean nuestro destino era la isla de Kadiriri, la más conocida y con mayor número de alojamientos ( 3 para ser exactos… el 50% de todas las islas…)…pero nos habían advertido que era temporada alta y que todo estaba a rebosar así que modificamos el plan inicial destino a Malengue, la isla más alejada… al final hemos descubierto que hicimos bien ya que conocimos gente que estuvo en Kadiriri durmiendo en la cocina o la recepción del hotel por falta de espacio y pagando lo mismo que por una habitación…y barato no está el tema por aquí!. En el hotel de Ampana conocimos a 2 parejas de profesores catalanes con quienes compartimos el trayecto de ferry… y después de 7 horas de ferry y viendo la pinta que tenía la islita donde ellos se bajaban decidimos acoplarnos… esto se nos da bastante bien.
Como en el resort de la isla no había más sitio nos acabamos quedando en una casita del pueblo y a comer íbamos al resort en una pequeña barca… las habitaciones eran realmente básicas pero mucho más baratas, así que allí nos quedamos.
El pueblecito se llama Katupat y es auténtico de verdad. La gente es super hospitalaria y la mar de maja, da gusto pasear por sus calles (las 3 que tiene) y los niños corren en manada hacia a ti para que les hagas fotos. Al final estábamos tan a gusto que decidimos quedarnos allí todos los días y no unirnos a los turistas en Kadiriri…
Nuestro día a día consistía básicamente en dormir, desayunar, coger una barquita que nos llevara a la isla de enfrente donde estaba el resort, nadar y hacer snorkel en unas aguas cristalinas a más no poder ( se veía todo sin tener que entrar al agua!) y llenas de vida, comer arroz y pescado 2 veces al día…que hartitos hemos acabado de este menú!, echar la siesta por la tarde y una partidita al ping pong y al volley playa con los empleados del hotel.
Aquí también hemos conocido a Sergi y Ferran (un dúo sacapuntas a la catalana la mar de salaos) y a Lucia, Dani y Stacey. Con ellos formamos una congregación de españoles que dominábamos el resort. Lo mejor es que hemos aprendido muchísimo de buceo sólo con oírles hablar ya que todos ellos viajan buceando en todos los sitios que pueden, así que nos dan cien patadas en cuanto a experiencia… esperemos poder bucear con ellos algún día de estos…no en las Togean ya que el instructor que había en nuestro hotel (un francés ya mayor y algo torpe) es de los peores que se han encontrado ellos en años y no nos daba confianza, así que nos reservamos la inmersión para otro lado.
En total han sido 5 fantásticos días en esta islita perdida en las Togean, donde aunque el sol no nos ha acompañado prácticamente ningún día… e incluso nos ha caído más de una tormenta (¿pero no se suponía que esto era temporada seca? Si llevamos 10 días pasados por agua!!) nos lo hemos pasado en grande con toda la gente tan maja que hemos conocido.
Y cómo ya echábamos de menos eso de estar todo el día metidos en la carretera pues tras el merecido descanso cogimos de nuevo el ferry hasta Ampana (otras 7 horitas de ná), hicimos noche y a la mañana siguiente bus hacia Palu. En teoría nos quedaban 3 días para coger el avión que nos lleve a Bali y los íbamos a dedicar a deshacer el camino andado…pero sólo pensar en tropecientas horas en el asfalto se nos quitaron las ganas y preferimos gastarnos un poquito más y volar desde esta parte de la isla. Así que sólo nos quedaba llegar a Palu, cosa que hicimos en tan sólo 13 horitas. Y una vez allí nos fuimos directos al pueblo de Donggala, a la playa de Tanjung Rajang… no es muy conocida y gracias a eso casi hemos tenido toda la playa para nosotros solos… y todos los lugareños claro, que no paraban de gritar eso de “blanquitos, blanquitos!”.
Nos cogimos un bungalow básico, básico, de mosquitera y colchón en el suelo para pasar la noche justo delante de la playa, tomamos un poco el sol, hicimos un poco de snorkel y volvimos a la dieta básica de arroz blanco y pescado. Y tras una tormenta perfecta que ha caído durante la noche en la cual ya nos veíamos con el techo en la cama, de vuelta a Palu para coger el avión.
Eso sí, previa sesión de fotos en la camionetilla que nos ha llevado donde una familia entera, móvil en mano, ha posado de todas las formas posibles con nosotros de protagonistas… al final han sido tan majos que nos han invitado a su casa pero al ser un poco tarde nos hemos ido directos al hotel… lástima porque hubiese sido toda una experiencia!
Hola nois!!! Madre mía qué percal con el autobús en el barrizal!!!jajaja!!!
ResponderEliminarPichu, de verdad que cruzaste a pata?? Así me gusta esto es aventura buena y lo demás son tonterias!!
A seguir disfrutando muy mucho del viaje!!!
Muchos besitos from Bcn!!!!
Hola guapos!!!! Aunque estéis cansados del arroz con pescado, parece que os lo estáis pasando en grande. Nos alegramos muchísimo. Estáis teniendo experiencias muy chulas en Indonesia!!!! A seguir disfrutando, tenemos ganas de que nos contéis sobre Bali!
ResponderEliminarMarc y Mireia