lunes, 9 de agosto de 2010

Plan alternativo : nos vamos de funeral en Tana Toraja!

Publicado por Ra


Antes de nada disculpar no haber escrito antes pero estamos teniendo problemas para encontrar una línea de internet en Sulawesi… a partir de ahora prometemos poneros al día.

Tras abandonar Vietnam hicimos una breve parada en Kuala Lumpur simplemente para hacernos el visado de 2 meses para Indonesia ya que al entrar en el país sólo puedes obtener uno de 1 mes.

Una vez con el visado en la mano y tras mucho debatir qué parte de Indonesia queríamos ver (es el archipiélago más grande del mundo con más de 17.000 islas) decidimos volar hasta Sulawesi. En esta extraña isla con una forma parecida a nuestra “ñ” nos pasaremos los próximos 15 días. Nuestra puerta de entrada fue la ciudad de Makassar… ciudad que ni tan siquiera llegamos a pisar ya que nada más tocar suelo agarramos un taxi hacia la estación de autobuses para pillar uno nocturno camino a Tana Toraja. Esta vez hemos de decir que ha sido el mejor bus que hemos probado hasta la fecha…teníamos más espacio que en clase business de un avión, con lo que pudimos dormir bastantes horitas.

En el bar de la estación y mientras hacíamos tiempo conocimos a una pareja de madrileños, Dante y Marta, con los que hemos compartido mogollón de risas durante estos días tan macabros por Toraja.


Tana Toraja es una región del centro de Sulawesi conocida especialmente por sus elaborados ritos funerarios. Sulawesi es en su mayoría musulmana pero la zona de Toraja es cristiana, aunque tienen una manera muy diferente a la nuestra de celebrar un funeral. Para ellos la muerte es algo normal, incluso lo ven como algo alegre… un funeral es algo así como una fiesta bastante sádica dónde se llegan a reunir varios pueblos enteros de la zona, y suele durar unos 3 días.


Para la familia del difunto organizar un funeral es muy costoso… tanto que hay familias que pueden tardar varios años en reunir el dinero suficiente y conseguir reunir a toda la familia que puede estar dispersa por toda Indonesia, Malasia o Australia… y os preguntareis “ y qué diablos hacen con el cadáver mientras tanto?”… pues muy fácil… le chutan unas dosis de formol y lo dejan reposando en una de las habitaciones de la casa….y en Toraja, las casas tradicionales tienen 3 habitaciones: una es el salón, la otra es el dormitorio de la familia e invitados y la tercera el dormitorio de los difuntos… es decir, que si te apetece dormir con una familia local lo más probable es que acabes pared con pared con algún familiar fiambre…


En los funerales por norma se hacen dos cosas: sacrificar el mayor número de búfalos y cerdos salvajes posible (ellos creen que el alma de los animales acompañan al difunto hacia la otra vida). Cuanto más dinero tiene una familia más búfalos sacrifican ya que simbolizan fuerza y poder. Un día después de abandonar la zona, había el funeral de la secretaria del embajador y se iban a sacrificar 16 búfalos en su honor… toma carnaza!

Tan buen punto llegamos a Rantepao (el pueblo más grande de Toraja) y nos aposentamos en un hotel, nos informamos de si había algún funeral ese mismo día al que poder asistir. Normalmente a la familia no le importa que vengan turistas a participar del funeral, incluso es una distinción más para ellos. Lo más fácil es hacerlo en compañía de un guía que hable el idioma local y que te introduzca en el meollo y te presente a la familia… y no está de más llevar regalos tales como tabaco, azúcar y café. Y luego está la forma barata, la nuestra, que es ahorrándote el guía que cuesta una pasta y yendo directamente al funeral con transporte local. Así que allí nos presentamos los cuatro sin saber muy bien qué hacer o cómo llegar. Un bemo (furgonetilla local) nos dejó en una carretera rodeada de arrozales en los que una multitud de lugareños se dirigían en procesión hasta la casa de la familia en medio del bosque. Cómo no llevábamos guía nuestra idea era intentar pasar lo más desapercibidos posible…difícil tarea si la noche anterior ha llovido, el camino es un patatal de barro y además, a Eva no se le ocurre más que ir en playeras… a medio camino pasó lo inevitable… resbalón de Eva que acabó de culo en el barro y a punto de caerse de pleno en el arrozal provocando la risa no sólo de los que iban detrás nuestro sino de los que se encontraban al final del camino que a partir de entonces sólo se preocuparon por estar atentos a otros posibles tropiezos de los patosos turistas para seguir divirtiéndose.


Una vez llegamos al poblado nos encontramos con una multitud de gente dispuesta a pasárselo en grande y a unos 15 cerdos salvajes ataditos a troncos de bambú dispuestos para ser sacrificados… en realidad alguno ya había corrido esa suerte y lo estaban descuartizando para empezar a preparar algo de comida para tantos invitados.


La ceremonia siempre está presidida por el ataúd del muerto, junto a una foto suya y una figura de cera a tamaño real del susodicho (tau-tau). Por suerte o por desgracia, cuando llegamos nosotros ya habían sacrificado al búfalo (era una familia pobre….muchos cerdos y sólo un búfalo) y al barro se le unió también el charco de sangre del animal. Según nos contaron después, el majete que sacrificó al búfalo no atinó demasiado bien con el primer tajo en el cuello y el animal se revolvió dándole un pequeño revolcón. Al final al búfalo lo acaban despellejando y abriendo en canal, al igual que a los cerdos.


Alrededor del muerto se disponen unas casetas donde se sientan los invitados más cercanos a la familia (como en una boda nuestra vamos…) y los familiares directos visten unos trajes típicos. A partir de ahí todo son baile tradicionales, risas, comida y sobre todo bebida para satisfacer a todos los invitados. Nosotros entre el cansancio de la noche en autobús, tanta gente alrededor y el hedor de tanto animal muerto nos decantamos por una retirada no muy tardía.


Al día siguiente y como Rantepao no tiene mucho que ofrecer nos fuimos a visitar el mercado local en el que tienen sección especial de búfalos para funerales…los hay que llegan a pagar cerca de 8000 US$ por un búfalo albino. Y después visitamos un poblado típico, Londa, famoso por sus tumbas en cuevas.


Los Toraja suelen depositar los ataúdes de una misma familia en cuevas naturales en cuya entrada se pueden ver tau-tau (figuras a escala real) de las personas que hay enterradas dentro. Es todo muy macabro pues los ataúdes , al ser de madera, están medio rotos y los huesos y calaveras de los muertos están sueltos por la cueva.


Finalmente esa noche y como despedida nos fuimos los cuatro a deleitarnos con un plato típico de la zona… búfalo, como no podía ser de otra manera…con los que se llegan a cargar al día… y cocinado en bambú, con especies y coco… muy rico por cierto…y todo bien aderezado con una cervecita fresquita!

1 comentario:

  1. No son muy agradables de ver las fotos de sacrificio de animales, por mas rito y normal que sea. Bueno ya ireis mandando mas fotos que no sean sangrientas si puede ser e historias que os vayan aconteciendo.
    Veo que todo lo superais con buena comida y las tipicas cervecitas, aprovecharos que ya queda menos. Un abrazo

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