martes, 14 de agosto de 2012

Una isla llena de contrastes

Si Tenerife se caracteriza por alguna cosa, además de por su colorido, es por la diversidad de paisajes y los continuos contrastes con los que el visitante se topa a cada paso que da en la isla. En apenas algo más de 2.000 kilómetros cuadrados pasaremos de estar en playas desiertas a montañas volcánicas y paisajes lunares pasando por bosques espesos y costas accidentadas llenas de acantilados.


Y aquí, la meteorología es capaz de cambiar tan rápido como lo hacen los paisajes. Es curioso circular con el coche a 40º con un sol abrasador y en apenas 30 km entrar en la parte norte de la isla y de repente estar cubiertos por la famosa "panza de burra" (como llaman los locales al mar de nubes que cubre la parte alta de la isla) y tener que abrigarte para salir del coche sino quieres pasar frío de verdad.

Una de las principales atracciones de la isla son las playas y aquí como no, también existen multitud de opciones en sus 342 km de costas... desde playas de arena negra de origen volcánico en los que apenas duras 3 segundos de lo que llega a quemar la arena, pasando por playas de arena más típica del Sáhara que de una playa ( y de un viento también más típico del Sáhara que hará que mastiques arena durante varios días seguidos), llegando a playas escondidas dónde el mar parece una piscina de aguas cristalinas o playas de aguas bravas y piedras más típicas del norte con un cielo gris incorporado que nunca hace que acabes de estar seguro si el chiringuito no acabará empapado en agua...



Y si la costa tiene tantos matices, el interior de la isla no se queda atrás. Tenerife es una isla de origen volcánico y de ahí que uno pudiese dar por supuesto que todo el paisaje será seco... pero nada más lejos de la realidad. Sí es cierto que el centro de la isla, siempre dominado por El Teide, el pico más alto de nuestro país con 3.718 metros, es más bien árido y bien pudiera parecer que estés paseando por la luna gracias a la amalgama de colores y texturas formadas por las erupciones volcánicas. Pero a pocos kilómetros de distancia también podemos encontrar parajes mucho más boscosos con profundos y escarpados barrancos, como la zona de Anaga y Teno, que además de ofrecer un respiro del calor también cuentan con una extensa red de caminos marcados perfectos para la práctica del senderismo!



Lo dicho, no veníamos con muchas expectativas sobre la isla y hemos de decir que nos vamos encantados con todas las actividades que hemos hecho, las caminatas realizadas y las vistas contempladas. Y como no, de su gente, que nos recibieron con los brazos abiertos desde el primer día! 

jueves, 9 de agosto de 2012

Tenerife, de mil colores

Aterrizamos en Tenerife bien entrada la noche. El cielo está gris. Recogemos nuestro coche de alquiler azul eléctrico y nos dirigimos hacia la parte norte de la isla. Aparcamos delante de una casa roja y hacemos el check in en nuestro hotel blanco con balcones marrones.


Poco nos podíamos imaginar que esta combinación de colores sería la tónica predominante durante nuestros días en la isla. Y es que mires donde mires, todo, absolutamente todo es de un color alegre que sólo mirarlo ya te llena de buen rollo. Y no sabemos si se deberá en parte a ello pero lo primero a destacar de Tenerife (y suponemos que por extensión al resto de las Canarias) es el carácter abierto y la simpatía de sus gentes. En los 8 días que hemos estado dando vueltas por la isla no hemos dejado de sorprendernos de la amabilidad de todas y cada una de las personas con las que hemos ido tropezando, y eso, hoy en día y tal como está el patio, es verdaderamente dificil de encontrar.



Lo cierto que uno llega a una isla con la idea de sentar el culo en cualquiera de sus playas y dejar pasar las horas tostándose al sol pero realmente es lo que menos hemos hecho. Y es que a la que uno se deja llevar por las callejuelas de cualquier pueblo parándose a degustar platos típicos de la zona (siempre bien acompañados de un buen vino o de una una cerveza local), sentándose a observar el devenir tranquilo del día a día de sus gentes o a pasear por sus coloridos cascos antiguos, uno olvida rápidamente el bañador en el hotel y se dedica a exprimir al máximo todos los rincones mágicos de la isla.



Desde las más renombradas poblaciones de La Laguna (declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999) y Puerto de la Cruz, pasando por la capital Santa Cruz y su casco histórico, la pequeña Garachico en el norte, la más aislada Taganana o Santiago del Teide y su preciosa ubicación entre montañas, todas ellas hacen méritos suficientes como para dejarle a uno un muy buen sabor de boca, ya sea por el encanto de sus calles empedradas, por sus increíbles alrededores o por sus hospitalarios habitantes.


Y todo ello bajo una paleta de colores infinitos...pero si hasta las papas arrugas con mojo picón cada día tenian un color diferente! Y para más disfrute y como detalle importante, un apunte sobre los precios : uno no se da cuenta de lo caro que es vivir en una ciudad como Barcelona hasta que sale y ve que disfrutar de una buena cena con vino es posible por sólo 13€ por persona!!