Dejamos atrás los verdes montes y las solitarias playas de Los Catlins con la moral por las nubes después de haber compartido momentos inolvidables con la fauna local y nos aventuramos de camino a Fiordland, un territorio que sólo por su nombre ya evoca a paisajes espectaculares. Y la verdad que el nombre hace verdadera justicia a lo que hemos podido admirar….
La puerta de entrada a la tierra de los fiordos es el lago Te Anau, el segundo más grande de todo Nueva Zelanda. Allí hacemos noche en un camping para cargar baterías y conocemos a una argentina muy amable que nos acabó de confirmar lo que un día antes ya nos había explicado un catalán que conocimos que llevaba 3 meses por Nueva Zelanda haciendo woofing ( trabajar en las granjas locales a cambio de alojamiento y manutención)… que en casi todas las bibliotecas públicas de los pueblos y ciudades hay Wifi gratis!! Y vosotros pensareis “pues vaya…” pues la verdad es que es toda una alegría poder conectarte en una sala para ti solito con tu portátil sin que te hastíen entre 5 y 8 $ por hora de conexión…que aquí internet está a precio de oro!! Así que ahora, pueblo que vamos pueblo que nos conectamos en la biblio ( ni cuando yo estudiaba estaba tan ilusionado con ir a una biblioteca…jejeje).
Para los kiwis ( que es como se denomina a los neozelandeses, aparte de a la fruta y al animal) la visita al Milford Sound es el número 1 en su ránking de “must do”. Y tanto el fiordo en sí como la carretera que lleva hasta él son de una belleza indescriptible.
Conducir por Nueva Zelanda me gusta cada vez más ( aunque si llevara un trasto que no se ahogara en las subidas quizás lo disfrutaría aún más si cabe….pero es el encanto de nuestro “Killer” que le vamos a hacer…). La carretera hasta Milford ( 120 Km) ha sido la más espectacular en la que he conducido jamás. Se suele hacer en unas 2 horas y media pero nosotros nos hemos tomado un día entero para admirar cómo en pocos kilómetros puedes pasar de una carretera serpenteante por el lago a una cubierta por árboles centenarios que no dejan pasar ni un rayo de sol, a ascender por acantilados y rodear montañas de cumbres nevadas…y todo para desembocar en los fiordos de Milford que dan al mar de Tasmania. La carretera en sí ya vale el viaje y cada dos por tres te obliga a detenerte a un lado para poder admirarla con total tranquilidad.
Una vez con el estómago lleno ( menudas comilonas que nos cocinamos en nuestra furgo…) nos hicimos a pie el sendero que asciende hasta el Key Summit….unas 3 horillas de trekking para coronar los casi 1.000 metros de altura y desde el cual se tienen unas vistas acojonantes de los 3 valles que lo rodean.
En esta parte de la isla sur suele llover bastante pero hoy nos ha hecho un día perfecto, haciendo aún más mágico el paisaje.
La noche la hemos pasado a orillas del Lago Gunn…de momento el sitio con más encanto en el que hemos plantado la furgo…no podía ser menos en estas tierras.
Por la mañana, un pequeño madrugón para plantarnos en el fiordo a tiempo de coger el primer crucero ( 8:55 am) y evitar así las hordas de turistas que llegan en autocar a partir e las 11 de la mañana. Durante 2 horas hemos sido pequeños seres insignificantes ante tal grandiosidad de montañas, cascadas y glaciares. En la foto se ve el tamaño de un barco de crucero respecto a los fiordos…
P.D…mirar quién se nos coló en nuestro barco…no os recuerda a cierto personaje con guadaña…
Cada día que pasa me siento más a gusto en este país y entiendo perfectamente a los neozelandeses que estén tan orgullosos con lo que tienen. Nueva Zelanda es sencillamente un espectáculo sensorial que nadie debería perderse.
RAUL,HAYER VI A TU MADRE,CENAMOS JUNTAS CON REME. hACE 9 AÑOS, PASE 28 DIAS A NUEVA ZELANDA,CUANDO VEO ESTAS FOTOS,ME SIENTO FELIZ RECORDANDO AQUEL MES DE NOVIEMBRE. ESTOY SEGURA QUE ESTAIS ENCANTADOS,DISFRUTARLO MUCHISIMO. ME DAIS UNA SANA INVIDIA. BESITOS
ResponderEliminarDOLORES
ALUCINANTE RÚL Y EVA!!! ESTAYS HECHOS YA UNOS BACKPACKERS TOTALES EEEEEEEEEEEH!!!BUENO SOBRE RUEDAS HIHIHIHI!!!
ResponderEliminar