viernes, 15 de abril de 2011

Perpiñán, ahora más cerca

Ahora que se acerca el buen tiempo apetece salir a dar una vuelta los domingos por la mañana. Normalmente solemos acercarnos hasta la playa para hacer el vermut pero el domingo pasado nos reunimos unos cuantos amiguetes y juntos decidimos hacer una escapada a Perpiñán, capital histórica del Rosellón. Uno podría pensar que es un destino algo lejano para pasar un día, pero gracias a la nueva línea de TGV que opera desde diciembre desde Figueres te puedes plantar en el país vecino en algo más de 2 horas saliendo desde Sants estació. La forma más fácil y rápida de conseguir un billete es a través del portal tgv-europe, que te permite comprar billetes de tren a cualquier destino internacional con origen en España.

Tren de dos pisos destino a Perpiñán
Nada más llegar y tras dar un pequeño paseo por la ciudad nos fuimos derechitos a comer. No es que estemos muy acostumbrados a eso de comer a las 12:30 del mediodía un domingo pero en Francia es el horario habitual. El comedor estaba llenos de cuadros con referencia al equipo de rugby más emblemático de la Cataluña Norte, la USAP, que justo venía de ganar en Barcelona en la Heineken Cup, la competición de clubes más importante de europa.

Comida "casolana" en el restaurante Al Per' Pinya
Tras el café llegaba el momento de visitar la parte histórica de esta ciudad situada a orillas del curso inferior del río Têt y a poca distancia del mar. Una de las principales puertas conservadas separa la ciudad moderna del casco antiguo. Una vez dentro de la ciudadela, las anchas avenidas dejan paso a estrechas callejuelas por las que los rayos del sol apenas penetran.

El río Têt a su paso por Perpiñán

De visita obligada son la catedral gótica de San Juan Bautista, finalizada en 1509, la Lonja, el Palacio de los Reyes de Mallorca, construido en el siglo XIII y el cementerio con claustro conocido como “Campo Santo” del siglo XIV.


Perpiñán también destaca por la cantidad de museos diseminados por sus calles. Igualmente importante es su gastronomía, mezcla de la cocina francesa y la catalana. A la hora de merendar (para ellos de cenar) nos decantamos por una de las especialidades francesas más conocidas, las crepes. Al final resultó una jornada de lo más interesante y divertida. Nos lo pasamos en grande con toda la trupe que nos juntamos.


Puntual como un reloj salía de la moderna estación nuestro tren de vuelta. Aunque algo agotados de tanto andar, el trayecto de vuelta a casa se nos hizo cortísimo entre tanta charla interesante… aunque seguro que el hecho de que se trate de una línea directa sin paradas ayudó bastante.

La nueva estación de tren de la ciudad

1 comentario:

  1. Nosaltres també ens ho vam passar genial!! A veure quan repetim!!! Petons i abraçades des del Montseny!

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