Para nosotros uno de los mayores atractivos cuando llegamos a un lugar nuevo es el de descubrir nuevos sabores difíciles de encontrar en casa. En la mayoría de lugares en los que hemos estado nuestro paladar ha quedado encantado con las delicias locales. Sin embargo, también existen ciertas exquisiteces no demasiado aptas para los estómagos occidentales poco acostumbrados. Y las mismas ansias con las que uno llega a un lugar ansioso por experimentar nuevos sabores desaparecen tan pronto te plantan delante el plato en cuestión. A continuación os presentamos algunas de las delicias locales con las que nos hemos encontrado y aunque no parezcan del todo apetitosas nosotros nos lanzamos a probarlas… bueno, casi todas…
Ceremonia del Kava (Islas Fiji)
Esta especie de caldo que parece el resultado de lavar en un barreño unos calcetines embarrados es la bebida que comparten los isleños en sus reuniones sociales. El Kava se elabora con las raíces de una planta de la familia de la pimienta y el preparado final es una bebida agridulce y energética (solo así se entiende que puedan pasarse tantas horas bebiendo y bailando). Las raíces se machacan y se empapan en agua hasta que empiezan a soltar ese suquillo tan apetecible a la vista. El jefe de la aldea es el encargado de elaborarla y de repartirla tazón a tazón entre los invitados. Hay que tomarla de un solo trago (y eso que el tazón que utilizan es bastante grande) y viene precedido por palmadas y gritos de “bula,bula”. La primera vez que te lo tomas se te duerme la lengua (suponemos que por las propiedades de la raíz) y conforme más bebes, más se te pasa el efecto. No es que sea horrible de tomar (aunque sí, sabe a agua sucia) pero a la que llevas varios tazones es tu estómago el que toma la decisión de parar bebiendo.
Preparación del Kava |
Al rico helado (Singapur)
En Singapur se mezclan diferentes tipos de cocina asiática y todos los platos que llegamos a probar estaban deliciosos. El problema llega a la hora de tomar el postre. En principio un helado puede parecer bastante normal: una montaña de hielo picado, varios siropes de sabores totalmente irreconocibles, gominolas varias… la sorpresa viene si no has visto cómo han elaborado el helado en cuestión. Las primeras cucharadas están bien pero el problema no tarda en llegar. A la que coges con la cuchara el relleno del fondo formado de maíz y demás legumbres varias cocidas. Creernos, la mezcla resulta simplemente incomible!
Descubriendo el relleno sorpresa... |
Insecto que vuela, insecto a la cazuela (Tailandia, Laos y Camboya)
Este sea quizás el plato que más llama la atención a la hora de probarlo cuando uno llega al Sudeste Asiático. En Laos, una tapita de saltamontes fritos era el snack perfecto para acompañar una cerveza bien fría. Y no están malos del todo, al final es como si estuvieses comiendo cacahuetes. La variedad es inmensa, pasando desde los insectos más pequeños hasta los gusanos blancos más grandes y asquerosos que hemos llegado a ver!
Por variedad no será! |
La joya de la corona, el Balut (Filipinas)
Considerado como una delicia, el balut es uno de los platos estrella en Filipinas, Vietnam y Camboya. Aunque el nombre pueda sonar apetecible si os decimos que el balut es un huevo de pato ya fertilizado con su embrión dentro cocido quizás ya no os parezca algo que llevaros a la boca. Normalmente se lo comen a palo seco y sólo le echan sal o vinagre. En Filipinas se lo comen a todas horas ya que es un plato muy energético y afrodisíaco… pero ni aún teniendo mucha mucha hambre hubiésemos sido capaces de hincarle el diente a tan preciada exquisitez!
Sí, a nosotros tampoco nos pareció una delicia... |
A mi me encantaria hacer algunos de los viajes que habeis hecho, pero en tema e comidas me paree que no me convenceria tanto
ResponderEliminar