viernes, 4 de noviembre de 2011

Turismo urbano nocturno

Lo que uno suele hacer al llegar a una gran ciudad es intentar aprovechar al máximo las horas de luz a fin de patearse todos los rincones y descubrir todo lo que dicha ciudad en cuestión esconde. Sin embargo, durante nuestro periplo por Asia y Oceanía descubrimos que hay lugares donde realmente vale mucho más la pena llegar cuando el sol ya se ha ido. Hay lugares que son mágicos y espectaculares con la oscuridad... y gracias también a la intervención del hombre. Hoy os queremos mostrar 5 vistas privilegiadas en las que una visita nocturna resulta del todo imprescindible.

Singapur, ciudad moderna, limpia y organizada. Adjetivos que a priori definirían a una ciudad europea más que a una del Sudeste Asiático... desde uno de los muelles del río que atraviesa la ciudad se tiene una impagable panorámica del distrito financiero central, también conocido como CBD.


En Kuala Lumpur, la simple imagen de las Torres Petronas iluminadas en plena noche y visibles desde casi cualquier punto de la ciudad bien valen por sí solas una visita a la capital de Malasia. Estos rascacielos, los más altos del mundo hasta 2004, acogen las oficinas de la empresa petrolera nacional y si bien durante el día puedes llegar a subir al Skybridge del piso 41 que conecta ambas torres, la vista nocturna a pie de calle sigue siendo más impresionante aún.


Bangkok, una ciudad en constante movimiento que apenas descansa de noche. En una megaurbe de más de 6 millones de habitantes y otros tantos turistas se hace casi indispensable la paciencia. Así que la caída del sol proporciona una ocasión única e irrepetible de pasear por sus calles y disfrutar de sus templos de mil colores.


Conocida como la ciudad de las luces Hong Kong deslumbra al visitante con un skyline futurista. En la península de Kowloon, y más concretamente desde el paseo de la fama asiático, se dan cita cada noche millares de personas dispuestas a disfrutar del mayor espectáculo de luces permanente del mundo, el Symphony of Light, proyectado desde las azoteas de la isla de Hong kong... sin palabras!


Durante nuestro viaje hemos podido disfrutar de decenas de maravillosas puestas de sol. Algunas desde playas paradisíacas, otras, en impresionantes montañas, incluso viajando en autobús o ferry. Pero de todas ellas, sin lugar a dudas uno de los atardeceres más memorables que recordamos fue el que vivimos sentados en un banco de los jardines botánicos de Sidney. En silencio nos quedamos durante breves instantes mientras el sol desaparecía tras la bahía con la Ópera de Sidney y el puente Harbour como telón de fondo.